Alfonsina, obra dirigida por César Fuentes, sugiere sin duda una contemplación de la ausencia. Nos introduce en ese lugar indefinido del duelo, aliviado por el recuerdo del afecto, de la pasión que algo o alguien nos ha despertado adentro. Pero en este duelo también está presente un coro obscuro e implacable que no quiere olvidar y, sobre todo, no quiere que nadie olvide en ningún momento el dolor.
